Helena, la causa humana de la guerra, es la figura que ocupa el lugar central del siguiente estásimo. El curso de las ideas es el siguiente: Helena encerraba ya, detrás de su profético nombre (heleo "destruir" + naus "nave"), su horrible naturaleza. Al huir de su patria llevó a Troya un matrimonio que más tarde se convertirá en lamento (kedos significa "matrimonio" y "dolor"). De igual manera que se cría un cachorro de león en casa, que, a la postre, resulta desastroso para la misma casa, Helena llegó como algo feliz a Troya, y con el tiempo se convirtió en su perdición. La conclusión que se saca es de claro carácter ético-religioso: la felicidad conseguida por medio de hybris trae terribles consecuencias.