CORO.
Estrofa.1ª
¿Quién le dio el nombre de Helena con absoluta verdad? ¿Acaso alguno a quien no vemos que con su previo conocimiento de lo dispuesto por el destino rige su lengua ajustada a esa suerte? Dio el nombre de Helena[58] a la casada que fue disputada, que causó la guerra. Luego fue, de modo adecuado a su nombre, destructora de barcos,

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de hombres y pueblos, que abandonando la delicia y riqueza de sus cortinajes, se hizo a la mar bajo el soplo del Céfiro de la tierra nacido[59], y numerosos varones, cazadores armados de escudo, tras el rastro invisible de los remos, arribaron a las frondosas riberas del Simunte, debido a sangrienta Discordia[60]
(Sale de escena.)
Antístrofa 2ª
La Ira que lleva a término sus sentimientos hizo que a Ilio llegara un bien llamado parentesco político y con él el dolor[61],

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haciendo pagar con el paso del tiempo y la ayuda de Zeus, defensor del hogar, la deshonra infligida a la mesa[62], a los que honraron impíamente la canción en honor de los novios, canto de bodas que entonces correspondió a los parientes cantar[63]. Pero en su lugar fue aprendiendo otro himno

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la ciudad de Príamo venerable por su antiguedad, un himno abundante en lamentos, que fue gimiendo a lo largo del tiempo, mientras a Paris llamaba “el del funesto lecho nupcial”, destructor de todas las cosas, pues por su culpa soportó una vida de llanto por la infortunada sangre vertida de sus ciudadanos.
Estrofa.2ª
Igual que cuando un hombre cría en su casa un cachorrillo de león[64] no amamantado del todo y aficionado aún a la ubre materna, que en los comienzos de su vida es manso, trata con amor a los niños

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y sirve a los viejos de distracción -muchas veces alguien lo tiene en brazos como si fuera un niño de pecho, y él, mientras, dirige a la mano sus ojos brillantes moviendo la cola impulsado por su vientre vacío-,
Antístrofa.2ª
pero, luego que el tiempo pasa, demuestra el instinto que ha recibido de sus padres, y, a quienes lo criaron, les devuelve el favor

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con la calamidad de matar sus ovejas y se prepara un festín sin que nadie lo invite, con lo que la casa se inunda de sangre-dolor que no pueden sus habitantes combatir-, terrible azote causante de innúmeras muertes. Un sacerdote de la Ruina que un dios ha enviado es lo que ha sido criado en la casa.
Estrofa,3ª
Podría decir que, al principio, a la ciudad de Troya llegó

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el espfritu de bonanza sin viento <y> el dulce ornato de la riqueza, el tierno dardo de la mirada, la flor del amor que muerde el corazón. Pero torció su camino y llevó a cabo la amarga consumación de la boda, la de funesta llegada y trato funesto para los hijos de Príamo, con la misión recibida de Zeus, protector de los huéspedes, una Erinis que hizo llorar a muchas esposas.
Antistrofa, 3ª

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Hay acuñada una vieja sentencia dicha entre los hombres desde los tiempos más antiguos: “Cuando la prosperidad de un ser humano llega a ser grande, engendra hijos, no muere sin ellos, y de esa buena fortuna le brota a la estirpe insaciable miseria.” Pero, aparte de lo que otros digan, yo tengo mi opinión personal: la acción impía engendra después

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otras muchas que son semejantes a su propia casta, pues el destino de aquellas casas que se ajustan a la justicia es el de tener hijos honrados.
Estrofa,4ª
Mientras que una soberbia antigua suele engendrar una nueva soberbia más pronto o más tarde en los hombres malvados, cuando llega la hora fija del parto y una deidad contra la que no es posible combate ni guerra,

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la sacrílega temeridad de la ceguera, luctuosa para los mortales, semejante a sus padres.
Antistrofa,4ª
Pero Justicia resplandece en las moradas manchadas de humo[65] y honra al varón que tiene mesura; en cambio abandona, volviendo los ojos, las mansiones adornadas de oro con manos manchadas[66], y pasa adelante hacia las piadosas,

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sin sentir respeto por el poder de la riqueza, destacado por la alabanza, y lo conduce todo a su fin.
(Entran en escena, en un carro, Agamenón y Casandra. Los acompaña numeroso séquito.)
¡Ea, mi Rey, conquistador de Troya, descendiente de Atreo! ¿cómo debo yo saludarte?, ¿cómo rendirte honores sin propasarme ni quedarme corto en el homenaje que se te debe? Muchos mortales estiman las apariencias con preferencia a la realidad, y así la justicia conculcan.

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A lamentarse con el fracasado está dispuesto todo el mundo, pero el mordisco de la pena no llega a tocar su corazón, y, <al revés>, se alegran con otros y adoptan un aire festivo, forzando sus rostros, en los que no hay una risa espontánea. <... > Pero al que conoce bien su rebaño[67] no se le ocultan las miradas de un hombre con apariencia de halagos procedentes de un corazón favorable, pero reveladoras de una amistad adulterada. Cuando antaño tú preparabas la partida de la expedición

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por causa de Helena-no voy a ocultarlo- te me representabas de un modo may alejado de la cultura y no rigiendo bien el timón de tu inteligencia, porque tratabas de darles ánimos a unos guerreros que estaban en trance de muerte por medio de sacrificios[68] Pero ahora, desde lo profundo de mi corazón y no sin cariño, me siento contento con quienes ya han dado fin a su esfuerzo. Conocerás con el tiempo, si tú investigas, al ciadadano que con justicia vela por nuestra ciudad y al que lo hace de un modo que no es conveniente[69].

[58] Todos los poetas griegos gustan de estos juegos etimológicos: Hele-naus vendría a significar “destructura de naves”

[59] El Céfiro sopla del Oeste, desde tierra griega.

[60] Deidad hermana de Ares. Su acción de lanzar la manzana “para la más hermosa” entre Hera, Atenea y Afrodita, que obtuvo esta última en el célebre “juicio de Paris”, determinó el rapto de Helena y la guerra de Troya.

[61] El término griego kÁdoj significa e implica ambas ideas y Esquilo usa esta ambigüedad deliberadamente.

[62] La hospitalidad de que gozó Paris en el hogar de Menelao.

[63] Los pariented de Paris intervienen en las ceremonias rituales de la boda de Paris y Helena, con lo que se hacen cómplices del crimen de adulterio.

[64] Paralelismo entre la evolución del cachorro de león y la evolución de Helena.

[65] En las casas humildes.

[66] Por la impiedad.

[67] Metafórico: “gente, pueblo”.

[68] Alusión al sacrificio de Ifigenia.

[69] Velada alusión a la conducta adúltera de Clitemnestra.