Flexibilización de teorías sobre comunicación,

aplicación a la traducción

 

Dr. Nobel- Augusto Perdu Honeyman, Universidad de Almería

En clase de Traducción de textos inglés-español - 19 noviembre 2007

 

 

Sobre teoría de traducción (contribución de teóricos y prácticos)

            Cuanto más conocemos sobre traducción teórica, nos debe conducir a flexibilizar los conceptos adquiridos sobre el acto de comunicación y a replantear lo que significa la traducción y su relación con las intenciones y el contexto del hablante, del traductor y del oyente, para flexibilizar concepciones cristalizadas por mucho tiempo de permanencia. A modo de ejercicio de humildad para situarnos fuera de la expresión y contemplar la traducción en un contexto más amplio con respecto no sólo a las intenciones sino también a las acciones, cabe preguntarse sobre la traducción qué papel puede desempeñar en el resultado de la comunicación el deseo de comunicarse (interés, anhelo, intención) por parte del emisor (autor/traductor) y del receptor (más bien de los intervinientes); cómo influye el sentimiento en la comunicación: cuánto estamos dispuestos a pasar por alto sencillamente por amor; cómo polariza la dirección del entendimiento: todo signo sólo se interpreta “bien” cuando se ama (o mal cuando se odia), pues se presupone la intención. Por otro lado cómo se ve afectada la comunicación por las intuiciones, como la de supervivencia: cuánto mimetismo se presupone: yo hablo, así que se intuye que a continuación tú hablas; yo sonrío, así que a continuación tú sonríes; yo hago algo, así que a continuación se espera que tú hagas algo (la pelota está en tu campo); en la formación temprana los niños aprenden mucho a intuir lo que se espera de ellos, lo que se debe o no debe hacer, lo que se debe o no debe decir; cuánta proporcionalidad se presupone: yo emito cuatro sílabas y tú emites de dos a diez, pero no cien; puedes responde con una sola sílaba una vez, pero si lo haces varias veces seguidas se intuye una sensación de falta de interés; cuánto se intuye en reacciones contrarias: yo digo algo, tú dices lo contrario; yo hago algo, tú haces lo contrario. “quiero ir al cine; pues vamos donde tú quieras, mi amor” “quiero ir al cine; pues yo no” (aunque me apetezca).

El acto de traducir puede también concebirse desde fuera de la perspectiva del autor, del mensaje, del traductor, del receptor e incluso del proceso comunicativo. Especialmente en el caso del Libro Sagrado, responsable de las decisiones más trascendentes de las vidas de las personas, traducir de un idioma a otro es parte de un proceso de transformación cultural, mental, espiritual y material de sus usuarios potenciales. Podemos visualizarlo dentro del acto creativo de transformar palabras en hechos. No es de extrañar, pues, que Bahá’u’lláh usara ese verbo al emplazar a las personas a “traducir” las enseñanzas a la realidad, ponerlas en práctica. De ahí que traducirlas a otro idioma pueda concebirse como parte de ese proceso.

Ante un mismo texto original (“vaya calor que hace aquí” dicho por Barbie a Ken), y presuponiendo una relación constructiva de cooperación, obediencia, deseo de dar satisfacción, podríamos centrar la atención en:

-         lo que Barbie pretende obtener o realizar: A ver si Ken opta por encender el aire acondicionado;

-         lo que Barbie desea: A ver si al abrir la ventana puedo ver si se ha puesto los calcetines que le regalé;

-         lo que Ken intuye que pretende Barbie: Barbie quiere charlar y empieza con cualquier cosa;

-         lo que Ken interpreta: le caigo bien.

-         lo que Ken requiere para entender a Barbie: temperaturas superiores a 25 grados pueden incomodar; una insinuación sobre incomodidad en Barbie es mi ocasión para agradarla; complacerle sería socialmente lógico; existen remedios a la temperatura de la habitación;

-         lo que se Barbie dice explícitamente: aquí hace calor;

-         lo que significa para Barbie: estoy incómoda con esta temperatura; quiero que me invite a un helado;

-         lo que significa para Ken: quiere charlar conmigo: le voy a proponer salir a pasear al fresco y de paso le invito a un helado;

-         lo que implica: aquí no hay ventilación; estoy incómoda; existe remedio; la temperatura aquí dentro es mayor que fuera; quiero que me prestes atención, que charles conmigo, que te ofrezcas para complacerme, salir a tomar un helado;

-         lo que se presupone: se conocen; Ken suele intentar complacer a Barbie;

-         lo que se hace: Ken responde (con éxito): Vamos, te invito a un helado.

De cualquier forma, parece razonable concluir que la traducción textual (o “directa” en términos de relevancia) de la expresión oral constituye sólo parte (por más importante que sea esa parte, es tan sólo una parte) de la labor de traducción (de la que el traductor es igualmente tan sólo uno de los responsables). No podemos dejarnos engañar por la aparente asepsia científica de “limitarnos” a lo que se dice.

 

El traductor como mediador cultural

            Si entendemos que una traducción textual haría referencia a las letras solamente, no podemos conformarnos con prestar atención sólo a lo que significa el discurso escrito palabra por palabra, ni tampoco frase a frase, ni siquiera párrafo a párrafo. Hay que atender a mucho más: Sólo en el lenguaje escrito deberemos interesarnos por un sinfín de conceptos, de los que menciono meramente 20, como lo que se presupone, lo que se implica, lo que se comunica, lo que se omite adrede (que puede tener especial relevancia debido a su omisión), el ritmo, la metáforas, dobles sentidos, errores intencionales, contradicciones, eufemismos, pausas, la gradación intencional de la presentación de la información en escena, el orden de aparición de conceptos, las inversiones intencionadas, el efecto sorpresa, el aburrimiento, la exageración, etc. Pero igualmente corresponderá prestar atención a numerosos aspectos sonoros, de los que incluyo al menos 14, como la lectura o recitación, el tono, el volumen, los silencios, el ritmo, la gracia, el acento, la eufonía; y por supuesto hay que prestar atención a los aspectos físicos (de los que menciono 6) como gestos e indicaciones de las diferentes partes del cuerpo, la distancia de los objetos referidos, sus características visibles, olor, temperatura, etc., que pueden darse por supuesto en cualquier comunicación oral. Existe por otra parte una amplia serie de rituales sociales (menciono 7 a título de ejemplo) que aprendemos desde pequeños relacionados con el intercambio del turno de palabra, interrupciones, falsos inicios, cambios de tema, salidas de tono, respeto, risas, sonidos bucales y un larguísimo etcétera que damos por supuestos en una misma sociedad, y por ello van implícitas en parte de la comunicación.

El traductor, además de desempeñar la labor típica reconocida de diccionario automático, de reconocedor de estructuras y matices, de reconstructor de oraciones gramaticalmente aceptables, de nuevo autor de textos literarios o humorísticos o de lo que se trate, ha de proyectarse en varias direcciones, algunas más relacionadas con el autor original de lo que se traduce (conectando con su cultura, intención, actitud, mensaje, estilo) y otras enlazadas con el receptor del mensaje (con la sociedad en la que está inmerso, su cultura, intención, actitud, expectación, nivel de dominio del idioma) para asegurarse que no faltan datos indispensables para la correcta interpretación y procesamiento de los elementos de la comunicación, minimizar las posibilidades de malinterpretación y a ser posible reproducir el fenómeno de la comunicación saltando de un idioma a otro. Con el paso del tiempo y gracias a la interacción cultural propiciada por el contacto entre civilizaciones, el traductor se va aceptando más como mediador cultural que como mero diccionario automático.

Cualquiera de estos conceptos a tomar en cuenta ha sido objeto de largos estudios, a los que se ha dedicado ríos de tinta. Sólo en el nivel de la palabra escrita tenemos un mundo inmenso al que Bolinger compara con sucesivas explosiones en el cerebro provocadas por las campos de minas que encontramos a medida que nos adentramos en los sucesivos niveles de significado de la palabra:

            Whether formally as part of their semantic structure, or through associations picked up along the way, the meanings of words lie at varying depths. To traverse them is to cross a minefield where every step triggers a silent explosion in the brain. (Bolinger, 1980: 83)

o sugerentemente con una fiesta nocturna de espíritus levantados de ultratumba:

Language is a stage built over a graveyard from which fossils rise and dance at night. (Bolinger, 1980: 103)

Pero las mismas minas podremos encontrarlas en los otros niveles de comunicación implícita, de presuposiciones sintácticas, culturales y sociales por ambos lados de los intervinientes en el proceso de comunicación.

            Octavio Paz (1990: 25) resalta el carácter creativo de la traducción, especialmente hablando sobre los entrecruzamientos que tienen lugar en traducción poética y que “a veces adoptan la forma de la imitación y otras la de la traducción”. Señala cómo en cada período los poetas europeos “escriben el mismo poema en lenguas diferentes”.  Este fenómeno está adquiriendo actualmente un interés inusitado en estudios de traducción.

            En una entrevista realizada hacia 1950, en respuesta a la pregunta de “¿Cómo debe ser una buena traducción?”, Rafael Cansinos Assens (traductor del Corán al español) también resaltaba el carácter creativo de la traducción en los siguientes términos:

En un principio, intuitiva en el sentido y los matices. Debe seguir el mismo proceso de la creación de la obra propia. El traductor tiene que ser algo así como un escritor, capaz de realizar la misma obra que traduce, pero que no posee la imaginación y labora sobre un argumento dado ya previamente. Debe apartarse de la literalidad, pero sin dejarse nada. Que no se note que es obra ajena, pero sin permitirse excesivas libertades. Entre las dos escuelas existentes, literal y libre, se puede llegar a un equilibrio. En ese término medio yo encuentro la virtud del traductor.[1]

 



[1] La entrevista aparecía recogida el 23 de septiembre 2002 en el sitio web del Archivo Rafael Cansinos Assens, www.cansinos.com, concretamente en

http://www.cansinos.com/archivo/obrascompletas/apendices/entrevistas/nuevo_dialogotrans.htm aunque ya no aparece como disponible. Sin embargo sí aparece ahora en:

http://foro.elaleph.com/viewtopic.php?t=600