Parece que la Delegación en Almería de la Consejería
de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía no quiere reconocer
el error que ha cometido al permitir la ampliación del área
de explotación de las canteras del Karst de Sorbas, gracias al
Informe favorable de la Declaración de Impacto Ambiental de las
cuadrículas de explotación "Marisa Fracción
4ª" (véase el Boletín Oficial de la Provincia
de Almería de 19 de diciembre de 2003, núm. 243) en el
sector cercano a la cavidad denominada Covadura.
Hacía más de 10 años que esto no ocurría;
fue otro desliz de la entonces Agencia de Medio Ambiente y precisamente
también con permisos similares y con la misma multinacional británica.
Aquel desliz hizo que se iniciara la destrucción de más
de 70 cavidades en Sorbas en el sector que entonces se llamaba "Dolina
del Jardín Botánico".
Pero este nuevo error podría haberse evitado, sin duda, si se
hubiese utilizado la lógica desde la administración ambiental
y antes de extender una firma se hubiese dado cierto beneficio a la
duda. Si el lector accede al citado BOP (www.dipalme.org) observará:
1. Entre los organismos consultados, para que informen al respecto
de la viabilidad ambiental de la futura explotación, no hay ninguno
que tenga una implicación geológica (les recuerdo que
se trata de "canteras"). De esta forma no se consulta ni al
Área de Geodinámica de la Universidad de Almería
(lleva más 25 años investigando en Sorbas) ni a ningún
otro organismo geológico en Almería como lógicamente
podría haber sido el Instituto Geológico y Minero de España.
La falta de técnicos especialistas en el Medio Físico
en la Consejería de Medio Ambiente es un mal endémico
que trae estas consecuencias.
2. Tampoco se consulta a ningún club espeleológico, a
quienes debemos, gracias a su desinteresada labor, que el Karst en yeso
de Sorbas exista. Son ellos los que conocen y saben donde están
las cavidades y cual es su desarrollo subterráneo, pero ya digo,
no se les consulta.
3. Entre las organizaciones consultadas sí figuran las asociaciones
ecologistas Cóndor y Grupo Ecologista Mediterráneo. Estos
remiten observaciones y alegaciones tan claras como "la explotación
tan cerca del sistema Covadura puede ocasionar daños irreparables"
o " la zona … se encuentra parcialmente protegida como Paraje
Natural … y la parte que se encuentra fuera de estos límites
está toda incluida como Zona de Especial Conservación
del LIC Sierra de Cabrera de la Directiva Hábitats de la Unión
Europea". Sin embargo, no parece que sus aportaciones se valoren
adecuadamente.
4. En la otra cara de la moneda, otros organismos consultados como el
Ayuntamiento de Sorbas (PP), ni responden. ¿Habrán sido
informados los vecinos de Cariatiz, pedanía de Sorbas, por su
propio Ayuntamiento de que no les falta mucho para tener las escombreras
al lado de la puerta de su casa?, sinceramente, lo dudo.
Muy posiblemente, si la Delegación de Medio Ambiente hubiese
consultado o hecho caso a estos organismos y asociaciones (salvo al
Ayuntamiento que se calló como si el asunto fuera con otro término
municipal) habría obtenido sólidos argumentos ambientales
que desaconsejarían la explotación. Por ejemplo, desde
la Delegación se argumenta que "su afección ambiental
es mínima porque se trata de terrenos agrícolas",
pero ¡es que no se dan cuenta que el yeso y las cavidades están
por debajo de esos terrenos agrícolas! o es que las canteras
se van a dedicar ahora a la agricultura. Recuerdo que la explotación
concedida Marisa 4ª consta de la extracción de más
de 7 millones de toneladas durante 30 años.
Tal vez todo esto se podría quedar en un "pequeño
error" si no fuera por las contradicciones en las que entra -estoy
convencido de que sin querer- la Consejería y la Delegación
de Medio Ambiente. Por ejemplo, se ve con buenos ojos que Covadura sea
en un futuro la cavidad turística de Sorbas y se anuncia ampliamente
a los medios de comunicación (8-9 de octubre de 2003). Poco días
después se autoriza la explotación en el sector más
cercano posible a Covadura (23 de octubre de 2003); una de cal y otra
de arena, solo atribuible a la falta de coordinación y a la inexistencia
de un Plan adecuado de ordenación de los recursos del Paraje
Natural del Karst de Sorbas que, dada su singularidad, lleva pidiendo
a gritos desde su creación en 1989.
Me da la impresión de que Marisa acaba de matar, no a Covadura,
pero tal vez sí al proyecto de que Covadura sea una cavidad turística,
una posibilidad de que el Karst de Sorbas se salve gracias a un turismo
sostenible; la dinamita está demasiado cerca. Los almerienses
tendrán que asumir que el Karst de Sorbas sigue siendo "un
tesoro en peligro", como dije en mi última conferencia a
la que invité a muchas personas ligadas a la Consejería
y Delegación de Medio Ambiente, "un entorno único
en el mundo que puede desaparecer de forma única". Mejor
sería reconocer un error y no justificar lo injustificable y
ponernos todos a trabajar, con una coordinación real, para que
el Karst en yeso de Sorbas siga existiendo. Marisa sigue al acecho.
José María Calaforra
Profesor de Geología
Universidad de Almería