Escenografía: Los Persas se desarrolla en Susa, capital de Persia, ciudad citada ocho veces. La acción está ambientada en un lugar abierto, de frente a un "antiguo edificio" (cf. στέγος ἀρχαῖον v. 141), con una fachada de una sola puerta (representada mediante paneles), que simboliza la sala de reuniones del Consejo de Ancianos, puesta a una cierta distancia de la casa de la Reina, que es imaginada fuera de la escena, al lado de uno de los eisodoi. El otro eisodoi corresponde al camino por el que entrará Jerjes, de regreso de la expedición contra Grecia. Enfrente del edificio surge la tumba de Darío. El Coro, constituido por Ancianos consejeros del rey, se encuentra, al inicio de la tragedia, fuera de la propia sede institucional, representada pos la fachada del edificio. Hacia la conclusión de la Parodo (vv. 140-9), los coreutas expresan la intención de entrar para deliberar profundamente sobre la situación, pero su propósito queda truncado por la llegada de la Reina, que ha venido a buscar consejo por un sueño que le provoca un miedo atroz.

PÁRODO (1-159) Coro.- La obra comienza con la entrada del Coro de ancianos persas a través del pasillo que conduce a la orkhetra central. Su canto de entrada sirve para informar a la audiencia del preciso lugar (la ciudad persa de Susa) y el momento cronológico en el que están (la armada persa hace tiempo que dejó Grecia y cruzó el Helesponto, pero no se han tenido más noticias). Se distinguen tres partes:
1) Una sección “programática” (1-64), focalizada en el pasado, en la que, después de explicar su identidad, estatus y localización topográfica, el coro da un resumen de los sucesos recientes, incluyendo una lista de contingentes y comandantes que siguieron a Jerjes hasta Grecia. El metro está constituido por los anapestos de marcha que sirven al Coro para entrar a escena.
2) Una sección (65-139) más imaginativa y pesimista, que se mueve desde el pasado hacia el futuro, en la que expresa su confianza en la poderosa fuerza de su gran número (evoca el paso del estrecho), aunque desconfía del destino que impone su ley (de hecho anticipa los terribles desastres venideros. El metro cambia a tipo lírico (Jónico menor).
3) Un última sección (140-54) en la que, de manera abrupta (vuelve el metro en anapesto), regresa a la situación presente, reclamando una reflexión y consejo que se ve interrumpida por la llegada de la Reina.