(Sale Clitemestra del palacio.)
CLI.- Entra también tú -me refiero a Casandra[82]-. Puesto que Zues, con benevolencia, te ha hecho participe de las abluciones[83] en nuestra morada, puesta en pie en compañía de muchos esclavos junto al altar protector de nuestra riqueza, baja de ese carro y no seas demasiado orgullosa.

1040

Cuentan que también el hijo de Alcmena[84] fue vendido en cierta ocasión y soportó como medio de vida el pan de la esclavitud[85]. Si la inevitable necesidad inclina la balanza hacia esa triste suerte, es ventajoso tener amos ricos de mucho tiempo. Por el contrario, quienes sin jamás esperarlo tienen una cosecha abundante, son crueles para sus esclavos en todo y más allá del nivel adecuado. <... >. De nosotros obtienes lo que está establecido por la costumbre.
CORIFEO.- (A Casandra-) Acaba de decirte unas razones claras, y puesto que has sido, atrapada en el interior de redes fatales, tú podrías obedecerle, si te dejaras persuadir; pero tal vez desobedezcas.

1050

CLI.-  Si no es desconocida y bárbara su lengua, como de golondrina, la voy a persuadir, diciéndole razones que penetrarán en su inteligencia.
CORIFEO.- (A CAS.-) Síguela. Te dice lo mejor en estas circunstancias. Abandona ese asiento del carro.
 CLI.-  No dispongo de tiempo para perderlo con esta mujer aquí fuera, pues en el centro del hogar ya están las ovejas para ser degolladas y puestas al fuego del sacrificio, cual deben hacer quienes nunca esperaron que tendrían esta alegría. Así que, si tú vas a tomar parte en ello, no lo demores.

1060

Pero, si no entiendes el significado de mis palabras por no comprender nuestra lengua, en lugar de hacerlo mediante lenguaje, explícalo con señas de tu mano extranjera.
CORIFEO.- Tengo la impresión de que la extranjera necesita un intérprete que se lo explique con claridad. Su aspecto es como el de una fiera recién atrapada.
CLI. - Sin duda está furiosa y sólo le presta atención a sus insanos pensamientos, pues llega aquí luego de haber dejado tras ella una ciudad recién conquistada y no sabe aún soportar el freno sin que su rabia arroje espuma sanguinolenta. No voy a rebajarme dirigiéndole más la palabra.
(Clitemestra entra en palacio y deja abierta la puerta)
CORIFEO.- En cambio yo, como la compadezco, no voy a irritarme con ella.

1070

Ve, desdichada, abandona ese carro. Cede ante la inevitable necesidad y acepta tu reciente yugo.
CASANDRA.-
Estrofa. 1ª
¡Ay de mí! ¡Dioses! ¡Horror! ¡Oh Apolo, Apolo!
CORIFEO. - ¿Por qué has invocado a Loxias? No es su naturaleza adecuada a acudir al encuentro de quienes lloran.
Antístrofa. 1ª
CAS.-¡Ay de mí! ¡Dioses! ¡Horror! ¡Oh Apolo, Apolo!
CORIFEO.- De nuevo ésta invoca con palabras del mal augurio al dios al que no corresponde presentarse en lugares donde haya gemidos.
Estrofa.2ª

1080

CAS.-¡Oh Apolo, Apolo!¡Divinidad de los caminos, mi destructor, pues me has destruido sin sentir pena por segunda vez[86]!
CORIFEO.- Parece que va a vaticinar sobre sus propias desgracias. La inspiración divina permanece en su mente, aun siendo esclava.
Antístrofa.2ª
CAS.-¡Oh Apolo, Apolo! ¡Divinidad de los caminos, mi destructor! ¿Adónde, adónde me has traído? ¿A qué clase de casa?
CORIFEO.- A la de los Atridas. Si no te das cuenta de ello, yo te lo digo, y no dirás que esto es mentira.
Estrofa.3ª

1090

CAS.-¡Ah, ah! ¡Sí! ¡A una casa que odian los dioses, testigo de innúmeros crímenes en los que se asesinan parientes, se cortan cabezas, a una casa que es matadero de hombres y a un solar empapado de sangre![87]
CORIFEO.- La extranjera parece tener buen olfato, como si fuera una perra de caza, y sigue una pista en la que hallará un asesinato.
Antístrofa. 3ª
CAS.-Sí; me baso en estos testimonios: esos niños de corta edad que lloran su degüello y sus carnes asadas devoradas por su propio padre.
CORIFEO.- Ya conocíamos tu fama como profetisa, pero no andamos buscando adivinos.
Estrofa.4ª

1100

CAS.-¡Dioses! ¿Qué se está preparando?¿Qué dolor nuevo es éste? ¡Desmedido, desmedido crimen se está tramando en este palacio! ¡Crimen insoportable para los amigos, crimen irremediable! ¡ Y quien podría ayudar está lejos![88]
CORIFEO.- No comprendo nada de esos vaticinios. En cambio, entendí los anteriores: era lo que dice a voces toda la ciudad.
Antístrofa.4ª
CAS.-¡Miserable! ¿vas a llevar a cabo eso? ¿Después de lavar en el baño al marido que compartía su lecho contigo...? ¿Cómo diré el final?

1110

¡Pronto va a ocurrir! ¡Extiende su brazo con la mano ansiosa de herir!
CORIFEO.- Todavía no lo he comprendido. Por ahora estoy aturdido con los enigmas de esos oscuros oráculos.
Estrofa.5ª
CAS.-¡Ah, horror, horror! ¿Qué veo aquí? ¿Una red, acaso, de Hades? ¡Pero la trampa es la que el lecho con él compartía y ahora comparte la culpa del asesinato? ¡Que la discordia insaciable con esta estirpe lance ya su grito triunfal por un sacrificio abominable![89]
CORO.- ¿A qué clase de Erinis apremias a gritar de alegría en palacio?

1120

De repente ha venido a mi corazón una gota de pálida sangre, la misma que acude a los ojos de una vida que va agonizando, cuando es abatida por la lanza y rápida viene la muerte.
Antístrofa. 5ª
CAS.-¡Eh, eh! ¡Mira ahf! ¡Mira ahí! ¡Aparta el toro de la vaca [90]! ¡Lo ha cogido dentro de los vestidos con la astucia de sus negros cuernos y lo está corneando! ¡Ya está cayendo en la bañera llena de agua! ¡Te estoy contando la mala fortuna de un baño que ha dado la muerte a traición!

1130

CORO.- No puedo yo presumir de ser eminente conocedor de profecías, pero de eso que dices deduzco alguna desgracia. ¿Qué palabra de dicha viene jamás de los presagios a los mortales? Por los males que ya se han sufrido, el arte abundante en palabras de los adivinos, lo único que hace aprender es el miedo que inspira.
Estrofa.6ª
CAS.-¡Ay, ay de mí, desgraciada! ¡Infausto destino! ¡Anuncio que colma la copa de mi propio infortunio! ¿Para qué me trajiste aquí-¡desgraciada de mí!-, sino a acompañar a otro en la muerte? ¿A qué, si no?

1140

CORO.- Tienes la mente delirante, posesa por la deidad, y por ti misma gritas un canto desprovisto de melodía, igual que el pajizo ruiseñor, insaciable de trinos -¡ay!- con desdichado corazón, gime -“Itis”, “Itis”- a lo largo de todo un destino florido de males.
CAS.-
Antístrofa. 6ª
¡Ay! ¡Ay vida envidiable del ruiseñor canoro! Le han otorgado los dioses un cuerpo dotado de alas[91] y una dulce vida sin lágrimas. En cambio, a mí sólo me espera que me rajen con una espada de doble filo.

1150

CORO.- ¿De dónde sacas esas funestas desgracias que te asaltan con violencia bajo la inspiración de alguna deidad? ¿Por qué esos presagios horrendos cantas con ritmo, con lúgubres gritos y tonos agudos? ¿De dónde conoces en tu profético camino los hitos que indican desastres?
Estrofa.7ª
CAS.- ¡Ay bodas, bodas de Paris, causa de muerte de los tuyos! ¡Ay río Escamandro en el que mi patria bebía! ¡En otro tiempo -¡ay, desdichada!- en tus riberas yo me criaba con alegría!

1160

¡Ahora, en cambio, parece que pronto vaticinaré junto al Cocito y las orillas del Aqueronte!
CORO.- ¿Por gué has pronunciado con tan excesiva claridad este vaticinio? Un recién nacido que lo escuchara podría entenderlo. Herido me siento por el mordisco asesino de tu mala fortuna, cuando gritas con voz plañidera. Oírte es para mí quedar destrozado.
Antistrofa.7ª
CAS.- ¡Oh penas, penas de mi ciudad enteramente destruida! ¡Ay de los sacrificios que con la intención de salvar las torres ofrecía a menudo mi padre de entre los ganados que en nuestros ricos prados pacían!

1170

¡Ningún remedio fue suficiente para evitar, como hubiera debido, que padeciera la ciudad! ¡Y yo, con mi alma fogosa, pronto a tierra voy a caer!
CORO.- Has profetizado en concordancia con lo anterior. Alguna maligna deidad que cae sobre ti gravitando en exceso te hace cantar sufrimientos de muerte que arrancan gemidos. Pero estoy confuso, sin saber el fin que esto tendrá.
CAS.- Bien. Mi oráculo no va a mirar ya detrás de los velos, como una novia recién casada[92].

1180

Al contrario, parece que va a soplar con claridad y a llegar hasta el sol ascendente, de modo que, cual oleaje, hasta los rayos del sol puede arrastrar en su corriente un sufrimiento mucho mayor que el que te he dicho. Te lo voy a explicar ya sin enigmas. Sedme testigos de que, sin desviarme, sigo la pista de los antiguos crímenes. Sí; nunca abandonará esta morada un coro acorde de voces horrendas que no habla de dicha. Sí; sangre humana ha bebido hasta el punto de cobrar más audacia, y aguarda en la casa esa delirante tropa

1190

difícil de echar afuera de las Erinis de esta familia. Aferrada a este palacio, cantan un himno a aquel crimen con que todo empezó[93]; pero a su vez también escupieron sobre la cama del hermano[94], furiosas con el que la hollaba. ¿He errado el tiro o doy en la pieza como un buen arquero? ¿Soy, acaso, una falsa adivina charlatana que llama a la puerta? Jura y da testimonio verbal de que conozco las culpas antiguas de este palacio.
CORIFEO.- ¿De qué manera la solidez de un juramento que con nobleza se afirmara podría llegar a ser saludable?

1200

Pero te admiro, porque, criada allende la mar, hablas de una ciudad, para ti extraña, como si hubieras vivido en ella.
CAS.- Apolo, dios de la profecía, me encomendó el cumplimiento de este servicio.
CORIFEO.- ¿Acaso fue herido, a pesar de ser dios, por deseo amoroso?
CAS.- Yo tenía antes pudor de hablar de estas cosas.
CORIFEO.- ¡Claro! Todo el mundo es más delicado, cuando es feliz.
CAS.- ¡Bién que luchó para conseguirme, suspirando de amor por mí!
CORIFEO.- ¿Y llegasteis a compartir la acción de engendrar?
CAS.- Luego de haber consentido, no le cumplí mi palabra a Loxias.
CORIFEO.- ¿Estabas ya entonces posesa por el arte adivinatoria?
CAS.- Ya venía yo vaticinando todos los sufrimientos a los ciudadanos.
CORIFEO.- ¿Cómo, entonces, quedaste indemne de la ira de Loxias?

1210

CAS.- Por haber cometido esta falta, ya no convenzo a nadie de nada.
CORIFEO.- Nos parece, no obstante, que haces vaticinios dignos de creerse.
 CAS.- ¡AY, ay! ¡Oh, qué desgracia! ¡De nuevo el terrible esfuerzo de la certera adivinación me agita y me turba con sus preludios, <con sus siniestros preludios!> ¡Mirad a ésos, a esos niños que están junto a la casa semejante a sombras de sueños! ¡Como si fueran niños asesinados por sus parientes, con las manos llenas de carne -alimento que es su propio cuerpo-,

1220

se ve que sostienen intestinos y entrañas -una carga digna de piedad- de lo que comió su propio padre! Afirmo que alguno -un león cobarde que está revolcándose en su lecho[95] y guarda el palacio- está meditando la venganza de esto -¡ay de mí!-contra el que está recién venido, mi señor -que debo yo soportar el yugo de la esclavitud-. Y el que fue jefe de la escuadra y destructor de llio no sabe qué clase de acciones preparará, al modo de una Ate traidora, para su desventura,

1230

la alegre lengua de la odiosa perra que ha hablado con tal profusión. Éstas son las acciones que osa: ¡una hembra es la asesina del macho! ¿Con qué nombre de odioso monstruo que yo la llamase podría acertar? ¿Acaso anfisbena[96]?. ¿O una Escila que habita en las rocas, ruina de los navegantes? ¿Madre que salta con furia del Hades y exhala contra los suyos un Ares[97] sin tregua? ¡Cómo alzó la osada el grito de triunfo como en el momento de la victoria en una batalla! ¡Y parece que se alegrara de que él haya vuelto sano y salvo! Es igual, si yo no os convenzo de nada de esto. ¿Qué importa?

1240

El futuro vendrá, y tú, presente en él, pronto dirás de mí, llena de compasión, que soy una adivina demasiado verídica.
CORIFEO.- He comprendido lo referente al banquete de Tiestes con las infantiles carnes de sus hijos, y me he estremecido. Me domina el miedo, cuando te oigo decir verdades sin representarlas mediante imágenes. En lo demás que yo te he oído, me ha caído y corro fuera de la pista[98].
CAS.- Digo que tú vas a ver la muerte de Agamenón.
CORIFEO.- ¡Di sólo palabras de buen augurio! ¡Desdichada, deja en reposo tu boca!
CAS.- No es precisamente alguien que cure el que preside esas palabras.
CORIFEO.- No, si ocurriera. ¡Pero ojalá que de ninguna manera suceda!

1250

CAS.- Mientras tú haces plegarias, ellos se ocupan de matar.

CORIFEO.- ¿Qué varón es el que en propio interés está preparando ese dolor?
CAS.- ¡Muy lejos estás de entender mis oráculos!
CORIFEO.- Es que no he entendido con qué recursos cuenta el autor.
CAS.- ¡Pues bien que hablo yo la lengua griega!
CORIFEO.- ¡También la hablan los oráculos délficos y, sin embargo, es difícil su interpretación![99]
CAS.- ¡Ay, ay! ¡Qué fuego! ¡Penetra mi ser! ¡Oh Apolo Licio, ay, ay de mí! ¡Esta leona de dos pies, que con un lobo se acuesta en ausencia del noble león,

1260

me va a matar! ¡Desgraciada de mí! ¡Como si preparara un veneno, en la vasija de su rencor pondrá también lo que él debe por mí! ¡Mientras afila el puñal contra el marido, se está jactando de que va a hacerle pagar con la muerte el haberme traído! ¿Por qué, entonces, debo tener lo que para mi constituye un escarnio?: el cetro y, en torno a mi cuello, las guirnaldas de profetisa. ¡Voy a destruiros antes de mi muerte!
(Hace lo que ha dicho.)
¡Malditos seáis! ¡Cuando ya estéis caídos en tierra, tendré mi venganza! ¡Enriqueced de ruina a otra cualquiera en mi lugar! ¡Mirad, el propio Apolo me esta desnudando de mi veste de profetisa,

1270

porque ha visto que con toda certeza sin motivo alguno soy objeto de burla, en compañía de mis amigos, por parte de mis enemigos! Ya venía yo soportando que me llamaran vagabunda, como a una pobre, infeliz mendiga muerta de hambre. ¡Y ahora el adivino[100] que me hizo adivina me ha conducido a este terrible infortunio mortal! En lugar del altar de mis abuelos me espera el tajo del verdugo, que quedará ensangrentado con la sangre caliente de mi degüello. Pero no moriremos sin que los dioses tomen venganza por nosotros, pues otro vengador nuestro vendrá a su vez[101],

1280

un vástago matricida, que tomará por su padre venganza. Desterrado, errante, expatriado de este país, regresará para dar cima a esas iniquidades de su familia. Un poderoso juramento han hecho los dioses: lo traerá la plegaria de su padre muerto. ¿Por qué he de gemir y sentir por mí compasión? Puesto que primero vi terminar como terminó la ciudad de Troya, y a quien la tomó llegar de este modo a su fin por decisión de los dioses,

1291

voy a tomar la iniciativa y a entrar en la casa. Tendré valor para morir. En estas puertas yo saludo al Hades y le suplico recibir un golpe certero, para que, mientras fluye la sangre trayéndome la muerte con facilidad, cerrar mis ojos sin convulsiones.
CORIFEO.- ¡Oh mujer muy desdichada y muy sabia también, largamente te has extendido! Pero, si de verdad conoces tu propia muerte, ¿cómo, igual que una vaca impulsada por una deidad, marchas al altar con tal valentía?
CAS.- No hay escapatoria, extranjeros. Ya no navego yo por el tiempo

1300

CORIFEO.- Pero es de importancia primordial el último día de una vida.
CAS.- Ya llega ese día. Poco provecho sacaré con la huida.
CORIFEO.- Ten por seguro que estás soportándolo con alma valiente.
CAS.- Nadie que sea feliz oye elogios.
CORIFEO.- Pero es grato al mortal morir con buena fama.
(Casandra se aproxima a la puerta y retrocede bruscamente.)
 CAS.- - ¡Ay de ti, padre, y de tus nobles hijos!
CORIFEO.- ¿Qué sucede? ¿Qué terror te impulsa a retroceder?
CAS.- - ¡ Quita! ¡ Quita!
CORIFEO.- ¿A qué esa expresión de rechazo, si no se debe a algún horror que exista en tu mente?
CAS.- La casa exhala muerte que chorrea sangre.

1310

CORIFEO. - ¿Cómo puede ser eso? Huele a los sacrificios que están haciéndose en el hogar.
CAS.- Es un hedor semejante al que procede de un sepulcro.
CORIFEO.- No es precisamente incienso de Siria lo que atribuyes al palacio.
CAS.- ¡Ea! Voy a llorar dentro del palacio mi muerte y la de Agamenón. ¡Basta de vivir!  ¡Ay, extranjeros! No gimo de miedo como un pajarillo en un matorral, sino para que, una vez muerta, seáis mis testigos cuando una mujer muera en compensación de mi muerte y un hombre caiga para pagar la muerte de un hombre que tuvo una esposa perversa.

1320

Como voy a morir, os pido este don de hospitalidad.
CORIFEO.- ¡Oh desdichada, te compadezco por esa tu muerte profetizada!
CAS.- Por sólo una vez más, quiero decir unas palabras o un fúnebre canto por mí misma: ante esta luz del sol, la última que veo, ruego ta mis vengadores que hagan pagar a la vez su pena a mis asesinos" por esta esclava muerta, por este fácil crimen. ¡Ay de las empresas de los hombres mortales! Cuando van bien, se pueden comparar a una sombra; y, si van mal, con aplicar una esponja mojada se borra el dibujo.

1330

Esto, mucho más que aquello, me inspira compasión[102].
(Casandra entra en palacio.)
CORO.- Es condición natural de todo mortal no hartarse de prosperidad. Nadie que habite en una casa, por grande que sea, le impide pasar, diciéndole: “No entres aquí”. A éste[103] le concedieron los felices conquistar la ciudad de Priamo, y llega a su casa honrado por los dioses. Si ahora paga la sangre de anteriores victimas y, a los que murieron, les paga, ya muerto,

1340

la pena debida por las otras muertes, ¿qué mortal que esto oyera podría jactarse de haber nacido con un destino libre de daño?

[83] Rituales en los sacrificios.

[84] Heracles.

[85] Para purificarse de un homicidio y siguiendo el consejo del oráculo, Heracles se sometió a ser vendido como esclavo a Ónfale, reina de Lidia.

[86] La primera fue cuando la castigó a que sus profecías no fueran creídas.

[87] La casa de Atreo, padre de Agamenón y Menelao, está manchada por el asesinato que perpretó Atreo en los hijos de su hermano Tiestes, a quien se los sirvió en un banquete como manjar.

[88] ¿Menelao?, ¿Orestes?

[89] Literalmente: “un sacrificio digno de lapidación”. Al castigar al asesino con la lapidación, los verdugos no tendrían contacto con el asesino y evitarían el contagio de tan grave mancha.

[90] Metáfora: Agamenón y Clitemnestra.

[91] Si Casandra tuviera alas podría alejarse volando del peligro que le acecha.

[92] Quiere decir que se va a expresar sin enigmas, sin velar la verdad.

[93] El infanticidio cometido por Atreo.

[94] Tiestes, quien mantenía amores adúlteros con Aérope, esposa de su hermano Atreo.

[95] Egisto, hijo incestuoso de Tiestes.

[96] Peligrosa serpiente que, se decía, podía avanzar hacia delante y atrás.

[97] Venganza

[98] Como un atleta. La metáfora es significativa de no poder alcanzar la meta, esto es, el sentido de las predicciones de Casandra sobre la muerte de Agamenón.

[99] Es proverbial la ambigüedad de los oráculos, que se prestaban, al menos, a dos interpretaciones.

[100] Apolo

[101] Orestes.

[102] Como es propio en la tragedia, y en general en toda la poesía griega, se hace alusión a la inestabilidad de los asuntos humanos. Casandra se eleva por encima de su desgracia, para compadecer la universalidad del hombre.

[103] A Agamenón.