Aparece Clitemestra; los coreutas, mal dispuestos hacia ella, preguntan qué sucede. El pasaje contiene la famosa descripción de lo que se ha dado en llamar el "telégrafo ígneo" (264-350) que evoca de una manera plástica el enorme poder de Agamenón y los gustos de Esquilo por los temas geográficos. La comparación de la llama con un atleta que salta y corre es constante en el pasaje. Esquilo gustaba de descripciones de este tipo (correrías de Io en Prometeo, escena de los campeones en los Siete)